martes, 11 de octubre de 2016

EL ADVERBIO Y EL ADJETIVO






    A continuación se intenta dar a conocer el uso y el valor que el adverbio ha adquirido con forme el tiempo así mismo los cambios que este ha tenido, pero antes se debe pregunta: ¿Qué es el adverbio? Según la RAE es la clase de palabras cuyos elementos son invariables, que están dotados generalmente de significado léxico y modifican el significado de varias categorías, principalmente de un verbo, de un adjetivo, de una oración o de una palabra de la misma clase.

     Los adverbios se pueden establecer en dos grandes grupos: los heredados directamente del latín y los formados a partir de otros elementos, bien en época tardía o en el propio romance. También se sabe que se crean nuevas partículas o palabras combinando ya sea de adverbios con preposiciones o preposiciones con adverbios.
      Algunos de estos adverbios son medievales ya que en el siglo XV dejan de usarse y son sustituidos por otros de diversas procedencias: cras por mañana, lueñe por lejos y así muchos otros se ven relegados ante formas forzadas por otras partículas: ayer desplaza a yer, después desplaza a pues.
        El adverbio es clasificado como: de cantidad, están los adverbios cuantitativos más proviene de la palabra MAGIS, menos que proviene de la palabra MINUS, tan de la palabra TAM

     Los adverbios  de afirmación y negación, se conservan los adverbios del adverbio de modo SIC y el adverbio de negación no derivada de NON. El elemento básico para la negación es no, que en época medieval presenta la variante non; junto a ella, desde muy temprano tenemos también la reducida no, que empieza a imponerse en el siglo XV y se hace general en el siglo XVI.

    Federico Hanssen en el libro Gramática Histórica del Español dice que los adverbios aquí, ahí, allí  se diferencian como este, ese, aquel  ya que aquí se refiere al lugar donde se encuentra la persona que habla, ahí se refiere al lugar donde se encuentra la persona a la cual se dirige la palabra, allí se refiere al lugar donde se encuentra una tercera persona, por ejemplo:

  •         En el adverbio aquí: La niña juega aquí con sus hermanos.
  •           En el adverbio ahí: Las muchachas estuvieron ahí comiendo fruta.
  •          En el adverbio allí: Julissa espero allí hasta que el llego.
       Los adverbios terminados en -í representan el lugar en forma de un punto determinado, los terminados en –á denotan el lugar en forma más vaga: ven aquí ven acá.  Se puede decir más acá pero no más aquí. Como ya es conocido la lengua debido a que es flexible da lugar a cambios en los cuales se encuentran fenómenos significativos, en el latín vulgar se obtuvieron más cambios como por ejemplo: Se conserva y en la combinación hay  y allí  viene de ibi  y ende. La variante in se encuentra en poco min cal es decir poco me importa.
    Los adverbios de lugar acompañados de preposiciones
       La procedencia se expresa por la preposición de: de aquí. La forma dende se usa en lo antiguo al lado de ende. Se confunde con desde y sirve de preposición en el castellano clásico y vulgar: dende media noche abajo. Así muchas preposiciones pueden combinarse con adverbios: hacia acá, hasta aquí, por aquí, por acá. 
     


     En oraciones se tendrían:

     Todos los menores de edad deben ir hacia acá
                  Tu espacio llega hasta aquí
                   Los turistas deben seguirme por aquí.
                  Yo vi que el ladrón huyó por acá.



    El adjetivo

        es una palabra de origen latino en “adiectīvus“, en donde el prefijo “ad” significa “aproximación“, “iacere” significa “lanzar”, y el sufijo “tivo” indica relación, bien positiva como negativa, pasiva como activa. Así, el término “adjetivo” significa tanto como “lanzar en forma contigua”, “juntar confiriendo relación”. El adjetivo es una particula muy importante que complementa al sustantivo no hay adjetivo sin sustantivo aunque si sustantivo sin adjetivo.
    El adjetivo ya que complementa o describe al nombre ha ido modificándose junto a este por ejemplo la flexion causal se reinterpretan las terminaciones como marcas de numero, con idéntica distribución en alomorfos s y es según Azofra.

     El género y número de los adjetivos se conoce por su terminación en –e o     –es y su género respectivamente en su terminación “o” para masculino y en “a” para femenino por ejemplo: bueno- buena, malo- mala, tísico- tísica, alto-alta, rápido-rápida en género y en número: fuertes- fuerte, sonrientes- sonriente, valientes- valiente.


    * Los adjetivos que significan nacionalidad: español- española, francés- francesa.
    * Los adjetivos terminados en: -an, -on, -dor, -sor, como: holgazán- holgazana, juguetón- juguetona.
    * Los diminutivos y aumentativos terminados en este, ote: regordete- regordeta, feote- feota.


    En la composición escrita son imprescindibles, y sirven para describir. Sin los adjetivos, la más de las veces una narración escrita sería sólo una nominación de cosas y narración de sucesos, pero sin descripción de la cosa o el evento en sí.
    Por lo regular el adjetivo se encuentra adyacente, contiguo al sustantivo y, en algunas ocasiones sirve para definir el género . Por ejemplo: “bueno, buena, malo, mala“.
    No obstante, en otras situaciones el adjetivo no es suficiente para definir el género. Por ejemplo: “falaz, fuerte, prominente, emérito, frágil, etc.).
    A continuación un ejemplo de adjetivo en una oración
        Como se notaba arriba, los adjetivos son esenciales en la narración para conferir descripción. Veamos una frase en la que se prescinde de los adjetivos, seguida de una en la cual se insertan.

    El perro salió corriendo y mordió a Pedro en la pierna, quien de inmediato huyó.
    Ahora veamos esta misma frase, adicionándole adjetivos que, por supuesto, le confieren descripción, cualidad.
    El perro grande salió corriendo y mordió al pobre de Pedro en la pierna izquierda, quien de inmediato huyó pálido como la nieve

     
        En la composición escrita son imprescindibles, y sirven para describir. Sin los adjetivos, la más de las veces una narración escrita sería sólo una nominación de cosas y narración de sucesos, pero sin descripción de la cosa o el evento en sí
    Por lo regular el adjetivo se encuentra adyacente, contiguo al sustantivo y, en algunas ocasiones sirve para definir el género . Por ejemplo: “bueno, buena, malo, mala“.
    No obstante, en otras situaciones el adjetivo no es suficiente para definir el género. Por ejemplo: “falaz, fuerte, prominente, emérito, frágil, etc.).



      
     Existen los comparativos de : superioridad y de igualdad, para la expresión del comparativo de superioridad, el español prefirió la partícula comparativa más, derivada de MAGIS, mientras que en otras lenguas románicas escogieron el derivado de PLUS, respecto al segundo miembro de la comparación, en latín podía estar expresado por un ablativo sin preposición o bien introducido por el nexo QUAM; en español medieval podemos encontrar un sintagma con de, aunque después se generalizó la construcción introducida por que si el comparativo es de inferioridad o de superioridad ejemplo más triste que, menos triste que. Con el comparativo de igualdad, el segundo término está introducido por como QUOMODO.



    Bibliografía:
    • Morfosintaxis Histórica del español: de la teoría a la práctica de Elena Azofra Sierra
    • Gramática Histórica de la lengua castellana de Federico Hanssen
    • Manual de Gramática Histórica Española de R. Menéndez Pidal




     


     

     
 
 
 

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